domingo, 4 de mayo de 2014
El milagro de un hijo
Ahí tienen, en la generosidad de su volumen, el tamaño
exacto de un milagro, la dimensión real del tiempo, la respuesta a todos los interrogantes
y la interpelación que da lugar a todas las filosofías y religiones. Es la
redondez hermosa de un cuerpo que está preparado para perpetuar la especie y es
la ternura con la que unas minúsculas zapatillas, alegres como el hogar que lo
aguarda, simbolizan la esperanza de un hijo. No es sólo la dimensión grisácea
de un hecho fisiológico, común a todos los seres vivos, sino el contraste
colorista de significados que simboliza ese calzado inútil para andar, pero que
expresa la sensibilidad que brota de una inteligencia que es consciente de sí
misma y del futuro, capaz de anticipar proyectos. Ahí tienen, en su voluminosa
redondez, el embarazo de una hija que está presta a ser madre con el regocijo
exacto de un ser racional, lo más parecido a un milagro.
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